¿Por
qué los docentes de educación premedia y media no escribimos?
La respuesta
a esta interrogante parece muy difícil de dilucidarla fácilmente. En primer
lugar hoy me he hecho la misma porque he escuchado a muchos colegas expresar
que los docentes de español no deben tener problemas para redactar objetivos,
logros de aprendizaje, indicadores de logros en los planes trimestrales y
semanales. Según los primeros, los docentes de español manejan con relativa
facilidad los tiempos verbales y las personas gramaticales indispensables para
presentar estos elementos de planificación exigidos por el ente regulador de la
educación en nuestro país.
Yo agregaría
que no solo basta manejar estas situaciones gramaticales. Se requiere tomar la
decisión de escribir todo lo que se hace y se piensa. Para ello es fundamental
que comencemos con la realización de un diario o cualquier documento que recoja
ideas que el docente va elucubrando diariamente. Así se va fortaleciendo
paulatinamente y por supuesto se transforma en un escritor formal y preciso.
Todavía no
he podido descifrar el por qué no escribimos los docentes; pero sí puedo dejar
sentado firmemente que muchos de nosotros nos hemos dejado atrapar por simples
formulismos que nos impone el sistema y
que van perdiendo relevancia a medida en que se acerca el final o el periodo de
vigencia del mismo. En este sentido el educador solo se siente obligado a
imitar a aquellos que han actualizado un poco sus conocimientos o simplemente
se sienten bien con los dictámenes del sistema y lo aceptan como lo mejor del
mundo.
Por otra
parte he podido concluir de manera superficial que nos hemos acostumbrado a
regirnos por documentos que recogen ideas que jamás o más bien no hay
evidencias muy claras de que son la respuesta que buscamos para el éxito de las
tareas emprendidas o por emprender. En ningún momento los docentes hemos manifestado
la inquietud de registrar por escrito todas esas anécdotas que nos llevan al
fracaso o al éxito, las negociaciones e imposiciones que realizamos con
nuestros estudiantes y hasta con acudientes o simplemente nos declaramos
rendidos por la impotencia o imposibilidad de lograr nuestras propuestas.